17/10 - Aunque había preguntado en el hotel (600J$) donde me alojaba cómo se encontraba la situación en las calles y me aseguraron que “muy tranquila” con una expresión bastante común en este país: Hey Mon, Jamiaca no Problem!, así todo, bajé con un poco de intranquilidad.
Pero mientras caminaba hacia el centro, e iba observando cómo los vecinos me saludaban al pasar, todo mosqueo se fue diluyendo paulatinamente hasta llegar a un estado de extrema tranquilidad, sobre todo una vez sentado en uno de los bancos de la plaza central “Sam Sharpe Square” junto a lo que fue la cárcel de los esclavos “the Cage”, y observar el movimiento de la gente a su alrededor. Y luego de pasear por sus calles aledañas: Chapel Street, con muchas iglesias, donde destaca St. James, posiblemente la más bella de la isla, la avenida Gloucester, que bordea el mar, el Mercado de la calle Harbour…, pude decir esa palabra que se utiliza a menudo cuando aquí todo ha salido bien: “Irie”.
Los tres días que pasé en Montego Bay (nombre que hace referencia a la presencia española en el norte de la isla, ya que se trata de una derivación de la palabra “manteca” debido al confinamiento de la cantidad de cerdos que se criaban para conseguir su manteca) fueron muy intensos: he podido comer medianamente bien en los bares locales, fotografiar, pasear con mucha tranquilidad o bañado en algunas playas públicas (aunque en las mejores hay que pagar, porque pertenece a algún hotel). Entre ellas en Doctor Cave Beach pagando por acceder a ella (60J$), que si bien, no se permite la entrada de comida o bebidas de fuera (se puede comprar dentro), en la mochila llevé mis “refrigerios” sin problema. Aunque de vez en cuando se acercaba algún camarero a preguntar si quería beber alguna cosa.
Pude constatar nada más llegar a este país que es bastante caro para el nivel de vida de los paisanos que aquí viven.
Uno de los días, una gran concentración de vecinos en la plaza central me llamó mucho la atención: puestos de comida y bebidas en la calle, música y mucha gente animada esperaban la llegada de algunos de los Medallistas Olímpicos jamaicanos de velocidad celebrados en Atlanta (U.S.A.).
Al concluir y dirigiéndome a la playa, a mitad de camino, me encontré con el primer problema: me abordó un muchacho pidiéndome al principio algo de dinero y ante mi negativa seguidamente comenzó a amenazarme, piedra en mano, diciendo que era muy conocido y peligroso por “su malicia”. Aunque de entrada no me lo podía creer, luego de intentar tranquilizarlo, lo que hizo el zopenco fue gritar para pedir ”refuerzos” a un grupo de jóvenes amigos suyo que se encontraban sentados en un muro varios cientos de metros junto a unos chamizos. Lo único que se me ocurrió fue cruzar la calle y acercarme a un vigilante de seguridad de una casa. Todo quedó en una anécdota, pero que marcaría mi vigía diaria por las calles. Estaba claro, que no debía bajar la guardia en este país.
“Mo´Bay”, es el principal destino de Jamaica, segunda ciudad de la isla y segunda residencia de muchos de los jamaicanos ricos. Según los montegonianos se consideran un pueblo orgulloso y diferente de los kingstonianos (los de la “Big City”), llamándose ellos mismos "la República " y "la Ciudad Amistosa ”. Situado en la costa norte, a los pies de verdes montañas, con una población que no llega a los 100.000h., se extiende 24kms a lo largo de la costa. Las aguas azules de su bahía, que está bordeada por manglares y hermosas playas de arena blanca rodea el casco antiguo.
Con un primer aeropuerto de clase internacional y modernas instalaciones portuarias para cruceros y transportes marítimos, ha sido uno de los más famosos destinos del mundo desde la década de los50’ .
Muy cerca de aquí, a 11kms dirección E, rodeado de leyenda y misterio, se encuentrala Mansión de la Bruja Blanca (Rose Hall Great House), una mansión colonial georgiana construida entre 1778-1790, por John Palmer, un rico terrateniente británico. En su apogeo, se trataba de unas 2640 hectáreas de plantaciones de caña de azúcar, con más de 2.000 esclavos. En 1820 residió la joven Annie Palmer, una británica educada en Haití, con su nuevo marido John Rose Palmer, un descendiente de quien mandó construirla, y más tarde, conocida por su agresiva crueldad a la hora de realizar torturas y sangrientas prácticas vudú (que había aprendido cuando residía en aquella isla) con sus esclavos y amigos. Su muerte mas tarde, por estrangulamiento, se le achacó a la venganza amorosa de algún esclavo suyo. El edificio fue destruido tras la revolución de los esclavos en 1831.
Rose Hall fue comprada y restaurada en la década de 1960 por una pareja de americanos devolviéndole su antiguo esplendor. Tiene pisos de caoba, ventanas interiores, puertas, paneles y techos de madera. Decorada con papel pintado de seda impresa con palmeras y aves, adornado con candelabros y muebles antiguos, en su mayoría europeos. Se realizan visitas guiadas por su interior.
Montego Bay, está lleno de grandes casas que quedaron de la época de las plantaciones de la caña de azúcar, que en aquella época el azúcar se vendía a altísimos precios (era denominado Oro Blanco), impulsado por una economía esclavista.
Pude constatar nada más llegar a este país que es bastante caro para el nivel de vida de los paisanos que aquí viven.
Uno de los días, una gran concentración de vecinos en la plaza central me llamó mucho la atención: puestos de comida y bebidas en la calle, música y mucha gente animada esperaban la llegada de algunos de los Medallistas Olímpicos jamaicanos de velocidad celebrados en Atlanta (U.S.A.).
Al concluir y dirigiéndome a la playa, a mitad de camino, me encontré con el primer problema: me abordó un muchacho pidiéndome al principio algo de dinero y ante mi negativa seguidamente comenzó a amenazarme, piedra en mano, diciendo que era muy conocido y peligroso por “su malicia”. Aunque de entrada no me lo podía creer, luego de intentar tranquilizarlo, lo que hizo el zopenco fue gritar para pedir ”refuerzos” a un grupo de jóvenes amigos suyo que se encontraban sentados en un muro varios cientos de metros junto a unos chamizos. Lo único que se me ocurrió fue cruzar la calle y acercarme a un vigilante de seguridad de una casa. Todo quedó en una anécdota, pero que marcaría mi vigía diaria por las calles. Estaba claro, que no debía bajar la guardia en este país.
“Mo´Bay”, es el principal destino de Jamaica, segunda ciudad de la isla y segunda residencia de muchos de los jamaicanos ricos. Según los montegonianos se consideran un pueblo orgulloso y diferente de los kingstonianos (los de la “Big City”), llamándose ellos mismos "
Con un primer aeropuerto de clase internacional y modernas instalaciones portuarias para cruceros y transportes marítimos, ha sido uno de los más famosos destinos del mundo desde la década de los
Muy cerca de aquí, a 11kms dirección E, rodeado de leyenda y misterio, se encuentra
Rose Hall fue comprada y restaurada en la década de 1960 por una pareja de americanos devolviéndole su antiguo esplendor. Tiene pisos de caoba, ventanas interiores, puertas, paneles y techos de madera. Decorada con papel pintado de seda impresa con palmeras y aves, adornado con candelabros y muebles antiguos, en su mayoría europeos. Se realizan visitas guiadas por su interior.
Montego Bay, está lleno de grandes casas que quedaron de la época de las plantaciones de la caña de azúcar, que en aquella época el azúcar se vendía a altísimos precios (era denominado Oro Blanco), impulsado por una economía esclavista.
Con pocas excepciones, estas grandes casas, a menudo en mal estado de conservación, se han cerrado a los curiosos, pero mediante “una propinilla” al jardinero local o guardia de seguridad se puede acceder a algunos terrenos privados y jardines. Una perfecta manera de ver “lo menos visto" por los turistas.
Los taxis de ruta son generalmente la manera más sencilla de moverse, ya que no hay servicio de guaguas en M.B. y los minivans cuasi-oficiales (denominados "taxis de ruta") o taxis compartidos siguen unas rutas predeterminadas, por lo general a lo largo de las principales carreteras que entran y salen de la ciudad.
No hay señales que indiquen algo parecido a una parada de bus, pero los locales conocen los puntos de encuentro a lo largo de la ciudad. Son baratos (entre 10 y 20J$), dependiendo de la distancia que se desee viajar, y el dinero suele ser recogido poco antes de llegar al lugar.
También la lluvia llegó por la cercanía del huracán Lili que pasando a pocos kilómetros sobre el oeste de Cuba y dirigiéndose a Miami, dejó vientos muy fuertes con algo de lluvia por la noche, lo que me hizo aplazar por un día la salida hacia Ocho Ríos, mi siguiente destino.
Los taxis de ruta son generalmente la manera más sencilla de moverse, ya que no hay servicio de guaguas en M.B. y los minivans cuasi-oficiales (denominados "taxis de ruta") o taxis compartidos siguen unas rutas predeterminadas, por lo general a lo largo de las principales carreteras que entran y salen de la ciudad.
No hay señales que indiquen algo parecido a una parada de bus, pero los locales conocen los puntos de encuentro a lo largo de la ciudad. Son baratos (entre 10 y 20J$), dependiendo de la distancia que se desee viajar, y el dinero suele ser recogido poco antes de llegar al lugar.
También la lluvia llegó por la cercanía del huracán Lili que pasando a pocos kilómetros sobre el oeste de Cuba y dirigiéndose a Miami, dejó vientos muy fuertes con algo de lluvia por la noche, lo que me hizo aplazar por un día la salida hacia Ocho Ríos, mi siguiente destino.
Estuve pensando en la posibilidad de dirigirme a Negril, en la parte oeste de la isla, para pasar unos días en la playa pero tras leer un poco sobre el lugar llegué a la conclusión que no tenía malditas ganas de ver guiris “destroys” sedientos de alcohol.
Allá quedaron aquellos relajados años 70 donde tuvo su mayor popularidad cuando Bob Dylan movilizó aquella generación del "Flower Power" a la isla.
Por lo tanto seguiría hacia el Este en busca de olas que surfear.